
En una familia de fotógrafos, el nieto, hace una reunión familiar y saca las cajas guardadas en la vieja bodega de la quinta, saca las fotos del abuelo, la historia de ayer. Todos se dan cuenta que esas cajas guardaban no solo la memoria familiar sino la memoria de una ciudad, de sus calles, sus comercios, la vida de los comunes, mecánicos, choferes, fotógrafos, guías de turismo. Nació la necesidad urgente de preservar la memoria, el pedacito de la historia en imágenes que los fotógrafos de la familia se esmeraron en grabar en plata sobre gelatina.

En una familia de fotógrafos, el nieto, hace una reunión familiar y saca las cajas guardadas en la vieja bodega de la quinta, saca las fotos del abuelo, la historia de ayer. Todos se dan cuenta que esas cajas guardaban no solo la memoria familiar sino la memoria de una ciudad, de sus calles, sus comercios, la vida de los comunes, mecánicos, choferes, fotógrafos, guías de turismo. Nació la necesidad urgente de preservar la memoria, el pedacito de la historia en imágenes que los fotógrafos de la familia se esmeraron en grabar en plata sobre gelatina.
Por qué al estar en manos de fotógrafos, esas memorias se aseguraban de estar en buenas manos, mimadas y protegidas. En 2006 Roberto, segunda generación, en los tiempos libres de jubilado ordena y clasifica las fotografías de las cajas, identificó tiempos, épocas, personajes. Con Pepe Salazar (su hijo), Paula Parrini y Juan Rojas se hicieron contactos, anotaciones y los primeros pasos para preservar las fotografías y los documentos.













Hoy 2025 se profesionaliza la colección, y se pone a disposición del público los primeros resultados, se profesionalizó el manejo del material dando énfasis a los 4 subfondos históricos